El pueblo de La Tirana se encuentra ubicado en la comuna de Pozo Almonte en la I Región de Tarapacá. Está emplazado en plena Pampa del Tamarugal, a cerca de 80 kms. de la ciudad de Iquique. Durante el año la localidad alberga a una pequeña cantidad de habitantes, lo que cambia radicalmente durante la semana de celebraciones de la Virgen del Carmen de La Tirana, para cada 16 de julio.
Esta fiesta religiosa es una de las más importantes de la zona norte del país. De orígenes coloniales, la festividad posee fuertes influencias andinas. Según cuenta la tradición, la fiesta tendría su origen en una leyenda que data del año 1535, cuando Diego de Almagro salió del Cuzco a conquistar Chile, en compañía de un príncipe Inca, el Sumo Sacerdote del Sol, y su joven hija Ñusta Huillac, con el objeto de apaciguar un posible alzamiento indígena. Luego de que su padre fuera asesinado por traición, Ñusta huyó con algunos de sus servidores escondiéndose en el bosque de tamarugos de la pampa. Ahí se convirtió en una temible jefa militar, haciéndose conocida como la Tirana del Tamarugal. Pero llegó el día en que sus servidores llevaron ante la joven a un extranjero de origen portugués llamado Vasco de Almeida, que se había internado en la pampa en busca de la Mina del Sol. Enamorada, la Tirana no pudo condenarlo a muerte. Quiso acercarlo a sus creencias, pero fue él quien acabó convirtiéndola al cristianismo, bautizándola como María. Por eso, luego de despertar la ira de sus guerreros, los amantes fueron muertos por una lluvia de flechas.
Años después, la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana fue levantada en honor a Ñusta y su trágica historia de amor. Se presume que fue erigida en el siglo XVI por Fray Antonio Rondón, quien se encontraba evangelizando la zona
El Pueblo de La Tirana fue declarado Zona Típica en el año 1971. Hoy la fiesta convoca una muchedumbre de fieles que provienen no sólo de la región, sino también de zonas lejanas e incluso de Bolivia y Perú a pagar las “mandas” hechas a la Virgen en el transcurso del año, razón por la que el santuario de La Tirana amplió sus dependencias, esperando el incremento anual de visitas.